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¿Vacíos en medio del esfuerzo diario?

La epidemia silenciosa que nadie quiere ver.

 

Vivimos corriendo. Trabajamos más horas, pagamos más por todo y sentimos que nunca es suficiente. Y sin embargo, aunque damos tanto, algo falta. ¿Cómo explicar que, incluso cuando hacemos lo posible por “salir adelante”, tantas personas se sienten perdidas, apagadas o sin sentido?

Según el último estudio de Ipsos (2024), el 69% de los chilenos considera la salud mental como el principal problema sanitario del país. No es casualidad: el 73% declara haber experimentado niveles de estrés que afectan su vida cotidiana, mientras que el 43% se reconoce emocionalmente agotado o vacío (Ipsos, 2023). Pero lo más alarmante es que solo el 36% de quienes necesitan ayuda psicológica accede a tratamiento efectivo (Revista Médica de Chile, 2016). ¿Qué pasa con el resto? ¿Dónde están los espacios seguros, accesibles y humanos para sanar?

El problema no es solo emocional. Es también existencial. Más del 57% de los chilenos declara estar en búsqueda de un propósito vital más profundo (World Values Survey, 2022). Porque cuando la vida se convierte solo en sobrevivir, el alma se cansa. Y cuando el alma se cansa, el cuerpo comienza a gritar.

Este vacío no es solo emocional: es físico y medible. Investigaciones de la Harvard T.H. Chan School of Public Health (2019) demostraron que tener un sentido de propósito puede reducir hasta en un 30% el riesgo de enfermedades cardiovasculares. ¿Te imaginas una medicina preventiva basada en el propósito? En Japón, la práctica del ikigai —la razón de vivir— ha sido clave para explicar la longevidad y bienestar de las llamadas Zonas Azules (National Geographic).

No, no estamos débiles. Estamos desconectados. De nosotros mismos, de nuestra historia, de nuestra voz interior. Y no hay algoritmo, receta o pastilla que solucione eso. Se necesita un modelo que entienda la raíz del malestar, que escuche de verdad y que acompañe con respeto.

En Zinfio creemos que el bienestar no se entrega, se cultiva. Por eso combinamos contención humana, tecnología consciente y terapias complementarias para guiarte de vuelta a ti. Porque el dolor no siempre es enfermedad: a veces, es una señal urgente de que tu alma quiere hablar.

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