
¿Ciencia o magia?
Lo que realmente dicen los estudios sobre Reiki, meditación y flores de Bach
Durante años, las terapias complementarias han sido vistas con escepticismo por el sistema médico tradicional. Se las ha llamado “alternativas”, “pseudocientíficas” o incluso “placebo con buena vibra”. Sin embargo, hoy la ciencia habla con más apertura y evidencia. ¿Es momento de replantear lo que entendemos por salud?
En Chile, más del 70% de las personas ha recurrido o está dispuesta a utilizar terapias complementarias como reiki, flores de Bach, meditación o acupuntura (Políticas Públicas UC, 2015). Esta preferencia no es solo cultural: es una respuesta a un sistema de salud colapsado, medicalizado y muchas veces poco humano. Y la ciencia ya no las mira desde el prejuicio, sino desde el interés.
Meditación y neurociencia: un encuentro probado
Estudios realizados por la Harvard Medical School y publicados en la Harvard Gazette (2018) confirman que la meditación de atención plena (mindfulness) reduce la actividad de la amígdala —centro cerebral del miedo y la respuesta al estrés— y fortalece la corteza prefrontal, clave en la toma de decisiones y regulación emocional. Esta práctica, adoptada por universidades como Oxford y Stanford, ya se usa en protocolos clínicos contra la ansiedad, el dolor crónico y la depresión.
Incluso la Clínica Mayo incluye rutinas de mindfulness en su sitio oficial, validando sus beneficios para la salud cardiovascular, la concentración y el manejo del estrés. No es fe: es fisiología.
Reiki: energía con efectos medibles
Aunque muchas personas aún dudan de las terapias energéticas, el Reiki ha sido objeto de múltiples estudios clínicos, incluyendo uno reciente publicado en PubMed (2024) que mostró mejoras moderadas en pacientes con ansiedad, dolor y fatiga. No reemplaza tratamientos médicos, pero puede potenciarlos. Por eso hospitales en EE.UU., como el Yale-New Haven y el Dana-Farber Cancer Institute, ya lo incluyen como parte de sus programas integrativos.
¿Y las flores de Bach? Más que gotas emocionales
Las flores de Bach han sido tratadas con desdén durante décadas, pero estudios realizados en Europa (Alemania y Suiza) han comenzado a validar sus beneficios en el manejo del estrés leve y en la autopercepción emocional. Aunque su mecanismo exacto sigue siendo debatido, hay consenso en que pueden ser herramientas seguras, accesibles y emocionalmente significativas cuando se aplican con criterio terapéutico.
La OMS y el cambio de paradigma
La propia Organización Mundial de la Salud, en su Estrategia sobre Medicina Tradicional 2014–2023, reconoce que las terapias complementarias deben ser integradas de forma segura y efectiva en los sistemas de salud. No se trata de reemplazar, sino de complementar. De sumar a la medicina científica una mirada más integral y personalizada.
¿Qué tiene que ver esto con Zinfio?
En Zinfio creemos que la salud no se trata solo de curar síntomas, sino de acompañar procesos. Por eso unimos contención humana, tecnología consciente y terapias complementarias bajo un modelo validado, flexible y profundamente humano.
La ciencia ya no se ríe de las terapias integrativas. La ciencia está empezando a escucharlas.